Síndrome de Takotsubo

El síndrome de Takotsubo recibe este nombre debido a que el corazón adopta una forma más afilada y estrecha en su extremo inferior que recuerda a unas ánforas que se emplean en Japón —lugar donde fue descrito este síndrome por primera vez— para cazar pulpos y que reciben precisamente el nombre de takotsubo, que significa literalmente “trampa de pulpos”.

LO QUE DEBES SABER

Los síntomas del síndrome de Takotsubo se parecen a los de una angina de pecho o infarto agudo de miocardio.
El desencadenante acostumbra a estar relacionado con el estrés tanto físico como emocional: una actividad física fuera de lo habitual, una cirugía, un accidente...
La recuperación es efectiva y rara vez suele reaparecer.

Similitud con una angina de pecho

El corazón se encarga de bombear la sangre a través de los vasos sanguíneos a todo el organismo, incluido a sí mismo mediante las arterias coronarias. Si por diversas causas se produce una obstrucción de la llegada de sangre a las coronarias, el corazón sufre y no puede ejercer su función, produciéndose una angina de pecho o un infarto agudo de miocardio.

En algunas ocasiones se ha visto a pacientes con un dolor igual que el de un infarto agudo de miocardio con alteraciones analíticas y electrocardiográficas propias de esta patología pero en los cuales, al someterlos a una angiografía para valorar la obstrucción de las coronarias, se ha visto que estas están intactas. Cuando esto se produce se habla de un posible síndrome de discinesia apical transitoria, disfunción apical transitoria, miocardiopatía por estrés, síndrome del corazón roto o, más comúnmente, síndrome de Takotsubo.

Cómo se produce

El síndrome de Takotsubo afecta con mayor frecuencia a mujeres que a hombres. Habitualmente a mujeres de edad media o avanzada, por encima de los cincuenta años. No se conoce la causa que puede producir dicha alteración, pero se ha postulado la posibilidad de una infección vírica.

Normalmente existe un desencadenante claro relacionado con el estrés, ya sea físico o emocional, como puede ser una actividad física fuera de lo habitual, una cirugía, un accidente o un estrés emocional agudo y severo.

Se trata en general de pacientes sin alteraciones a nivel de las arterias coronarias, como sería de esperar en un infarto agudo de miocardio, pero no es así. Se han propuesto diversos mecanismos que explican parcialmente las alteraciones que se producen, como un vasoespasmo transitorio que compromete la circulación, una alteración microvascular que no se visualiza a nivel de la angiografía y una respuesta excesiva a la liberación de catecolaminas como la adrenalina y la noradrenalina, sustancias que se producen masivamente en situaciones estresantes o de angustia.

Síntomas y diagnóstico

Los síntomas del síndrome de Takotsubo son los propios de una persona que está padeciendo una angina de pecho o infarto agudo de miocardio. El paciente refiere un dolor opresivo centrotorácico, que no cambia con el movimiento o el reposo, que puede irradiarse a las extremidades superiores (especialmente la izquierda), el cuello, la espalda o la parte alta del abdomen.

El dolor puede ir acompañado de un cuadro de vegetatismo, con mareo, sudoración fría, náuseas o vómitos. En ocasiones se puede dar también sensación de disnea, de falta de aire, así cómo malestar general y sensación de muerte inminente. Complicaciones de un síndrome de Takotsubo pueden ser las arritmias ventriculares, la bradicardia severa o una insuficiencia cardíaca.

El diagnóstico inicial de un dolor de características anginosas debe ser siempre tratado como un dolor de causas isquémicas. Al realizar un electrocardiograma se verán alteraciones propias de un cuadro coronario agudo isquémico con elevación del segmento ST del electrocardiograma en la zona apical y anterior del corazón.

Al realizar una analítica de sangre para valorar unas enzimas cardíacas que suelen estar elevadas en caso de un síndrome coronario agudo, como son las troponinas y las CPK, estas estarán elevadas en la gran mayoría de los casos, siendo el porcentaje en el caso de las troponinas rayano al 100%.

Así pues el cuadro de dolor será irreconocible del de un verdadero infarto agudo de miocardio y las pruebas complementarias iniciales no lo descartarán. No será hasta realizar una angiografía que se observará que no existe obstrucción alguna a nivel de las arterias coronarias que pueda explicar el cuadro de dolor anginoso del paciente.

Al realizar una ventriculografía para valorar la movilidad del corazón se observará que la parte superior del ventrículo izquierdo se contrae con normalidad mientras que la parte apical, la más extrema, se moviliza de manera irregular o no se moviliza incluso, dando la imagen característica que recuerda a las trampas de cazar pulpos que dan nombre al síndrome.

Tratamiento

Ante un cuadro inicial de dolor sugestivo de una angina de pecho ésta debe ser tratada como tal, con nitratos y antiagregantes. Cuando se ha establecido el diagnóstico de síndrome de Takotsubo y dado que se produce por una liberación de catecolaminas, se administrarán fármacos que contrarresten sus efectos, como los betabloqueantes o los antagonistas del calcio.

Pese a la gravedad del cuadro en su presentación inicial, la gran mayoría de pacientes se recuperan por completo tras el episodio agudo, normalizándose los cambios en el electrocardiograma y el ecocardiograma a lo largo de varias semanas. Es un síndrome que rara vez suele reaparecer.
Medidas preventivas

No existen medidas preventivas específicas para el síndrome de Takotsubo. En caso de haberlo padecido es conveniente un seguimiento por parte de un cardiólogo y evitar las situaciones estresantes dentro de la medida de lo posible.

Enfermedades por aparatos-cardiovascular-hipotension

Causas

La hipotensión puede formar parte del conjunto de signos y síntomas de varios numerosos tipos de enfermedades. Entre las numerosas causas de hipotensión arterial se incluyen:

Pérdida de volumen sanguíneo y fluidos corporales: deshidratación, hemorragias, gastroenteritis, etc.
Enfermedades cardiacas (arritmias, enfermedades del miocardio), enfermedades neurológicas, fármacos (diuréticos, analgésicos), enfermedades endocrinas (enfermedad de Addison), alcohol, drogas, infecciones graves (pancreatitis, shock séptico), etc.

Consecuencias

El hecho de tener “la tensión habitualmente baja”, que sucede en un grupo importante de la población, no tiene ninguna consecuencia, es más, lo dañino y perjudicial es presentar la presión arterial elevada.

Los atletas, las personas que practican ejercicio con regularidad, las personas con un peso adecuado y los no fumadores suelen tener una presión sanguínea más baja que el resto.

En cuanto a la hipotensión ortostática o postural no tiene ninguna repercusión, excepto, que debido a la sensación de inestabilidad que provoca, es frecuente que, especialmente en los ancianos aumente la frecuencia de caídas con las implicaciones y consecuencias que pueden darse en personas de edad avanzada.

La hipotensión secundaria a enfermedades graves tiene importantes consecuencias debido a que no se produce un aporte suficiente de flujo sanguíneo a determinados órganos que son muy sensibles a la disminución de presión arterial como es el riñón o el cerebro.

Síntomas

Generalmente los principales síntomas de la hipotensión son la sensación de mareo o desvanecimientos. El rápido descenso de la presión arterial puede ocasionar la pérdida de conocimiento (síncopes).

En la hipotensión secundaria aparecerán los síntomas además de la enfermedad que esté provocando la hipotensión.

Diagnóstico

En caso de hipotensión postural el diagnóstico es clínico, es decir, a través de la aparición de los síntomas típicos al levantarse o con ciertos movimientos o cambios posturales.

En el caso de la hipotensión secundaria a determinadas enfermedades el diagnóstico se basa en la medición de la presión arterial constatándose las cifras anormalmente bajas.

Tratamiento y prevención

La hipotensión normalmente no necesita tratamiento, aunque en ocasiones sí que requiere de asistencia médica, dependiendo de los síntomas.

En la hipotensión arterial secundaria a otras enfermedades, el tratamiento es el de la enfermedad de base.

Si se trata de una hipotensión ortostática provocada por el suministro de fármacos, es aconsejable revisar todos los medicamentos que toma el paciente y retirar aquellos que le puedan estar causando una disminución excesiva de la tensión arterial.

En situaciones en las que se prevé una pérdida de líquidos importantes, es decir, una deshidratación por ejercicio físico intenso, gastroenteritis, fiebre alta, etc., la prevención se basa en tomar abundantes líquidos para evitar la disminución de la presión arterial.

En los casos de hipotensión ortostática postural se aconseja levantarse pausadamente y nunca bruscamente tanto de la cama como de cualquier asiento. Es importante una adecuada ingesta hídrica.

Valvulopatias (Valvulopatia aortica)

¿Qué es?

El corazón es un órgano con cuatro cavidades: dos aurículas y dos ventrículos. Las aurículas reciben sangre de las venas cava y pulmonar y los ventrículos la impulsan a través de las arterias aorta y pulmonar. Las cavidades se pueden contraer, con lo que impulsan la sangre, y relajar, permitiendo que ésta entre. La sangre que llega por las venas, pasa a las aurículas y de éstas, a los ventrículos. Entre las aurículas y los ventrículos existen válvulas para impedir el retroceso de la sangre y que la sangre fluya en una sola dirección.

Las cuatro válvulas del corazón son:
  • Válvula aórtica entre el ventrículo izquierdo y la aorta.
  • Válvula tricúspide entre la aurícula y el ventrículo derechos.
  • Válvula pulmonar entre el ventrículo derecho y la arteria pulmonar.
  • Válvula mitral entre la aurícula y el ventrículo izquierdos.
  • La existencia de una anomalía en alguna de las válvulas cardíacas se denomina valvulopatía. Éstas pueden ser de dos tipos: estenosis o insuficiencia.
  • La estenosis es un estrechamiento anormal de la válvula, que impide que se abra apropiadamente lo cual provoca una obstrucción de la salida de la sangre.
  • La insuficiencia se produce cuando la válvula no funciona correctamente: está más debilitada o abombada y no se cierra del todo, con lo cual una parte de la sangre refluye hacia atrás cuando la válvula debería estar totalmente cerrada.
  • La válvula aórtica puede presentar cualquiera de estas alteraciones: ser más estrecha, lo que se conoce como estenosis aórtica o no cerrar correctamente, lo que se conoce como insuficiencia aórtica.
  • Las valvulopatías se clasifican en leves, moderadas o severas (graves) en función del grado de afectación de la válvula y de su repercusión.
¿Cómo se produce?

Una valvulopatía puede ser congénita, es decir, estar presente desde el nacimiento o adquirida, que es cuando aparece a largo de la vida, por ejemplo, debido a una infección. Las causas infecciosas más frecuentes son la endocarditis y la fiebre reumática.

Actualmente, debido a la esperanza de vida más larga, gran parte de las valvulopatías aparecen por un deterioro de la válvula en el proceso de envejecimiento (degeneración), que provoca un endurecimiento y calcificación valvular. Otras causas de valvulopatía aórtica (especialmente insuficiencia aórtica) menos frecuentes incluyen enfermedades inflamatorias y enfermedades autoinmunes.

La obstrucción al flujo de salida de la sangre en la estenosis aórtica provoca que el ventrículo izquierdo tenga que ejercer mayor fuerza para impulsarla. Ello conduce con el tiempo a un deterioro en su función y una alteración de su morfología con consecuencias en el funcionamiento del corazón y la aparición de síntomas, ya que se envía menor cantidad de sangre al resto del cuerpo.

En la insuficiencia aórtica, la válvula aórtica no se cierra completamente por lo que parte de la sangre refluye hacia atrás, provocando una sobrecarga de volumen de sangre al ventrículo izquierdo. Éste con el tiempo tenderá a dilatarse y enviará menor cantidad de sangre a la aorta.

Síntomas

Los pacientes con valvulopatía pueden permanecer largo tiempo asintomáticos hasta que el mal funcionamiento de la válvula se hace evidente y provoca la aparición de los síntomas.

En la estenosis aórtica los síntomas característicos incluyen angina de pecho, sensación de falta de aire, fatiga, palpitaciones, dolor torácico, pérdida de conocimiento (síncope) y fallo en el funcionamiento del corazón (insuficiencia cardiaca).

En la insuficiencia aórtica predomina sobre todo la falta de aire o disnea especialmente con el ejercicio y la actividad física, al estar tumbado (ortopnea) y la presencia de palpitaciones.

Las enfermedades de las válvulas cardíacas pueden presentar complicaciones importantes como la aparición de embolias, arritmias y endocarditis.

Diagnóstico

El diagnóstico se basa en los síntomas del paciente, la exploración física y la confirmación mediante técnicas de imagen. Al explorar al paciente se suele detectar un soplo cardiaco, hallazgo frecuente en las valvulopatías.

El registro del electrocardiograma puede poner de manifiesto la afectación del ventrículo por la enfermedad valvular.

La confirmación diagnóstica se realiza mediante técnicas de imagen que permiten ver con detalle la morfología de la válvula y su grado de afectación, así como las consecuencias sobre el resto de las estructuras cardiacas y el flujo sanguíneo.

Estás técnicas incluyen principalmente:

Ecocardiografía doppler: es la técnica de elección, permite ver el grado de afectación de la válvula y del resto de las estructuras cardiacas, así como el funcionamiento del flujo sanguíneo a través de las cavidades del corazón.

Ecocardiografía transesofágica: es el mismo procedimiento que la ecocardiografía pero se introduce el transductor hasta el esófago del paciente para ver con mayor detalle las válvulas cardiacas que con la ecocardiografía transtorácica (donde se aplica el transductor en el pecho).

Resonancia magnética.

Cateterismo cardíaco.

Tratamiento

El tratamiento de las valvulopatías es principalmente quirúrgico y consiste en sustituir la válvula defectuosa.

Cuando la valvulopatía no produce síntomas o cuando la afectación de la válvula aorta es muy leve se puede realizar tratamiento médico. Mientras el paciente esté asintomático se deben realizar controles periódicos con el cardiólogo y seguir el tratamiento médico que se le indique. El tratamiento médico con fármacos se utiliza para tratar las complicaciones de la enfermedad valvular como infecciones (endocarditis), arritmias, hipertensión o insuficiencia cardiaca.

El tratamiento quirúrgico está indicado en pacientes con síntomas, afectación importante de la válvula y con mala función del ventrículo.

En el tratamiento quirúrgico de sustitución de la válvula se utilizan válvulas biológicas (tejido) o válvulas mecánicas que son de materiales sintéticos.

En determinados casos, en pacientes con estenosis aórtica, se puede realizar una valvuloplastia percutánea con balón que consiste en introducir un catéter a través de un vaso sanguíneo (generalmente por la ingle) hasta llegar al corazón. Una vez situado en la válvula enferma se infla un pequeño balón en la punta del catéter que abre el área valvular estrecha.

Prevención

Las infecciones por estreptococos deben tratarse para prevenir la fiebre reumática que puede causar valvulopatías.

Los pacientes con valvulopatías tienen mayor riesgo de infecciones valvulares (endocarditis), por lo que deben seguir unas medidas de prevención con antibióticos antes de determinados procedimientos como las cirugías menores o intervenciones dentales. Su médico le indicará los consejos a seguir.

Shock hipovolemico

Qué es

El término shock se utiliza para describir una situación médica en la cual los órganos y tejidos del organismo no reciben un aporte suficiente de oxígeno y nutrientes, ello conlleva a una muerte progresiva de las células y a un fallo en la función de los diferentes órganos que puede abocar a la muerte.

Esta falta de aporte se produce básicamente debido a que la cantidad de sangre que llega a los tejidos es insuficiente por un mal funcionamiento del corazón (shock cardiogénico), por una pérdida de líquidos corporales (shock hipovolémico) o por una infección grave (shock séptico). Así, el shock hipovolémico es un tipo de shock que se produce como resultado de una pérdida rápida e importante de fluidos corporales.

Cómo se produce

La volemia es el porcentaje total de sangre de un individuo. A su vez la sangre se halla constituida por una porción líquida llamada plasma (55%) y otra formada por células (glóbulos rojos principalmente). El mayor porcentaje de la volemia está representado por agua.

Ante pequeñas disminuciones de volemia (<15%) el organismo tiene mecanismos de compensación (aumento de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca) que permiten que el corazón continúe bombeando sangre normalmente y asegurando los nutrientes adecuados. Cuando se producen pérdidas más importantes (como una hemorragia abundante) y especialmente si se producen de forma rápida, el organismo pierde esta capacidad de compensación o ésta no es suficiente entrando en situación de shock.

Las causas principales de shock hipovolémico incluyen:

Pérdida importante de sangre (shock hemorrágico). Hemorragias externas (por ejemplo, debidas a traumatismos) o hemorragias internas (como un sangrado gástrico por una úlcera de estómago).
Pérdida de agua y electrolitos (sodio y potasio): vómitos y diarreas importantes.
Pérdida de plasma: quemaduras.

Síntomas

La deshidratación causada por la pérdida de líquidos del organismo se refleja en una serie de síntomas:
  • Respiración rápida
  • Palpitaciones por aumento de la frecuencia cardiaca
  • Confusión y mareos por alteración del nivel de conciencia
  • Frialdad y palidez de la piel
  • Sequedad de mucosas (lengua y ojos secos)
  • Debilidad generalizada y malestar por disminución de la presión arterial
  • Disminución de la diuresis
Diagnóstico

El diagnóstico se basa en la historia clínica y los signos que el paciente presenta y que incluyen:
  • Frecuencia cardiaca alta: taquicardia
  • Frecuencia respiratoria alta: taquipnea
  • Hipotensión arterial.
  • Oliguria: disminución del volumen de orina emitido
El examen físico permite detectar estas alteraciones y el interrogatorio médico averiguar las posibles causas de shock.

Otras exploraciones complementarias útiles son:

Analítica (hemograma y bioquímica) que permite determinar la pérdida de sangre, plasma y electrolitos (sodio y potasio).

Pruebas de imagen como ecografías, TAC (tomografía axial computarizada) y RM (resonancia magnética). Especialmente útiles en aquellos casos en los que existan hemorragias internas o lesiones de órganos.

Analítica (hemograma y bioquímica) que permite determinar la pérdida de sangre, plasma y electrolitos (sodio y potasio).

Tratamiento

La precocidad en el tratamiento es fundamental para mejorar el pronóstico y la resolución del shock hipovolémico.

Medidas extrahospitalarias:

Es una situación urgente por tanto se ha de solicitar ayuda médica inmediata.
Se debe mantener al paciente cómodo y arropado
Acostarlo elevando unos 30º los pies para facilitar el aporte de sangre al cerebro y parte superior del cuerpo.

Medidas hospitalarias: Una vez en el hospital, debido a que el problema fundamental es la pérdida de fluidos, el tratamiento se basa en el aporte de sangre y líquidos que el paciente ha perdido.

Reposición de volumen mediante la administración de sangre y/o fluidos por vía intravenosa. Se pueden administrar soluciones líquidas tipo cristaloides o coloides.

En ocasiones el aporte de líquidos no es suficiente para mantener una presión arterial suficiente que permita que la sangre llegue a los tejidos y es necesario además el uso de otros fármacos por vía intravenosa. Los más utilizados son la dopamina y la norepinefrina.

Tratamiento específico de la causa que lo provoca: heridas, traumatismos, rotura de órganos, quemaduras, etc. Así se puede requerir por ejemplo tratamiento quirúrgico y antibióticos, entre otros.

Otras medidas denominadas de soporte van dirigidas a mantener las constantes vitales del paciente:

Administración de oxígeno

Control de las constantes: presión arterial, frecuencia cardiaca, frecuencia respiratoria y saturación de oxígeno. Para ello se utilizan aparatos específicos denominados monitores

Control de la diuresis. Uno de los indicadores de que el paciente está recuperándose y el aporte de líquidos es adecuado es la recuperación de la emisión de orina. Requiere la colocación de una sonda vesical.

Medidas preventivas

En todas aquellas situaciones en las que pueda existir una pérdida de volemia importante: deshidratación por calor intenso, diarreas, vómitos, etc. es importante asegurar un aporte de líquidos adecuados.

Hay que tener en cuenta que es una situación médica que se instaura de forma rápida y que puede tener consecuencias muy graves por tanto siempre es una emergencia médica que requiere atención urgente.

Enfermedades del miocardio (Miocardiopatia restrictiva)

¿Qué es?

El corazón está formado por una envoltura externa (pericardio), una capa muscular (miocardio) y una envoltura interna (endocardio). La miocardiopatía restrictiva es una enfermedad cardiaca poco frecuente en la cual se produce un engrosamiento del miocardio impidiendo que el corazón se dilate y se llene adecuadamente.

¿Cómo se produce?

El miocardio es el músculo del corazón que permite realizar su función de bomba. En la miocardiopatía restrictiva, el corazón se vuelve rígido por lo que no se puede relajar adecuadamente durante la diástole, es decir, durante el tiempo en el cual se dilata y la sangre regresa al corazón llenándolo. En etapas más avanzadas puede afectarse también la función de contracción (sístole) y bombeo de la sangre.

La causa de esta enfermedad puede ser desconocida (se produce frecuentemente tras un trasplante de corazón) o puede deberse a enfermedades que provocan que el miocardio se engrose como la amiloidosis, la hemocromatosis o la sarcoidosis, la infiltración por algún tumor o la fibrosis por radiación.

Síntomas

La incapacidad para el llenado adecuado del corazón genera una serie de síntomas derivados de un bombeo de menor cantidad de sangre apareciendo disnea o dificultad para respirar, cansancio y acumulación de líquido en las piernas (edemas), abdomen (ascitis) y aumento del tamaño del hígado.

Diagnóstico

El diagnóstico se basa en la exploración física y signos médicos como una auscultación cardiaca anormal y la distensión de las venas del cuello. Además se apoya en una serie de pruebas:
  • Alteraciones del registro del electrocardiograma.
  • La ecocardiografía y la resonancia magnética permiten ver el engrosamiento de las paredes de los ventrículos y la dificultad de relajación de los mismos.
  • El cateterismo cardiaco es una prueba en la que mediante la introducción de un catéter que llega hasta las cavidades cardiacas permite medir las presiones y la cantidad de sangre que bombea el corazón en cada contracción. En la miocardiopatía restrictiva la rigidez del corazón mantiene unas presiones elevadas y expulsa menor cantidad de sangre.
  • Biopsia de músculo cardiaco. La miocardiopatía restrictiva puede ser difícil de diferenciar de otra enfermedad (la pericarditis constrictiva). La biopsia del músculo cardíaco permite tomar una muestra de tejido muscular que en la miocardiopatía aparece engrosado.
Tratamiento

El tratamiento suele ser poco efectivo y está enfocado principalmente a mejorar la función cardiaca deteriorada y sus consecuencias así como la calidad de vida del paciente.

Se aconseja la restricción de sal en la dieta y fármacos que faciliten la función del corazón y la eliminación de líquidos (diuréticos).

Se indica también el tratamiento específico de la enfermedad de base que esté provocando la miocardiopatía en aquellos casos que sea posible.

En determinadas circunstancias se pueden utilizar corticosteroides y si la función cardiaca está muy deteriorada puede considerarse el trasplante cardiaco.

Prevención

No se conocen medidas para prevenir esta enfermedad.

Taponamiento cardiaco (Derrame pericárdico)

¿Qué es?

El pericardio es una envoltura formada por dos capas que envuelve el corazón constituyendo su capa más externa. Entre estas dos capas hay una pequeña cantidad de líquido (intrapericárdico) que lubrica constantemente las superficies y permite que el corazón se mueva fácilmente durante la contracción.

La acumulación de líquido entre estas dos membranas se conoce como derrame pericárdico. Cuando la acumulación de líquido es en cantidad suficiente como para obstruir de forma importante la entrada de la sangre en ambos ventrículos se origina lo que se conoce como taponamiento cardiaco.

¿Cómo se produce?

La función del pericardio es la de proteger y ayudar a facilitar el funcionamiento del corazón. Por una parte limita la distensión del corazón en situaciones de exceso de volumen y por otra contribuye al adecuado llenado de ambos ventrículos. El llenado ventricular no se ve afectado de forma significativa hasta que se supera un dintel por encima del cual hay un aumento de la presión intrapericárdica que reduce este llenado. En casos de acumulación rápida de líquido intrapericárdico, como ocurre en el derrame pericárdico agudo, se produce un aumento de presión que dificulta que los ventrículos se llenen adecuadamente provocando un taponamiento cardiaco.

Las tres causas más frecuentes de taponamiento cardiaco incluyen los tumores, la pericarditis y las enfermedades del riñón.

Otras causas de taponamiento son las hemorragias tras la cirugía cardiaca, traumatismos, tuberculosis y fármacos anticoagulantes.

Síntomas

El derrame pericárdico en pequeña cantidad o el crónico suele causar pocos síntomas y muchas veces es un hallazgo casual durante la realización de una radiografía o una ecocardiografía.

El taponamiento cardiaco, si se produce de una forma rápida, provoca un cuadro de shock o colapso del organismo, caracterizado básicamente por hipotensión, dificultad respiratoria, taquicardia y obnubilación o somnolencia.

Si se produce con mayor lentitud los síntomas pueden ser parecidos a los de la insuficiencia cardiaca, que incluye la disnea o sensación de falta de aire y la acumulación de líquido en abdomen y extremidades.

Diagnóstico

No existen pruebas de laboratorio específicas para diagnosticar el taponamiento. Éste se basa en los síntomas y signos que presenta el paciente y la comprobación del derrame mediante pruebas de imagen. La ecocardiografía es la primera opción para establecer el diagnóstico.

Los hallazgos más característicos del taponamiento son la presencia de:
  • Hipotensión arterial.
  • Disminución de los ruidos cardiacos en la auscultación.
  • Dilatación de las venas del cuello debido a que la sangre se acumula al no poder entrar en el corazón.
  • La presión arterial puede bajar cuando la persona inhala profundamente. Los pulsos periféricos (pulso en las extremidades) pueden estar débiles o ausentes.
Tratamiento

El derrame pericárdico crónico o de pequeña cantidad generalmente no precisa ningún tratamiento.

El taponamiento cardiaco es una emergencia médica que requiere siempre atención hospitalaria. El tratamiento va encaminado a drenar el líquido intrapericárdico acumulado para que el corazón vuelva a reanudar su función normal de bombeo.
Medidas específicas

La pericardiocentesis es el procedimiento de elección. Esta técnica consiste en introducir una aguja larga y gruesa por debajo del esternón hasta acceder al pericardio bajo control por ecografía. Una vez que la aguja está en el espacio intrapericárdico se extrae lentamente el líquido acumulado. En ocasiones es necesario realizar periocardiocentesis sucesivas.

El análisis posterior de este líquido puede ayudar a diagnosticar la causa del taponamiento.

A veces, es necesario cortar y extraer una parte del pericardio lo que se conoce como pericardiectomía quirúrgica o ventana pericárdica.

Medidas complementarias:
  • Durante todo el proceso el paciente debe estar vigilado con control de sus constantes vitales.
  • Administración de oxígeno.
  • Puede ser necesaria la administración de fármacos para mantener la presión arterial.
Prevención

En gran parte de los casos no se puede prevenir. Cuando existe una pericarditis u otras enfermedades del pericardio se han de hacer controles con ecografía para ver si existe derrame y su evolución.

Hipertension pulmonar (Cor pulmonale)

¿Qué es?

El cor pulmonale es una enfermedad cardiaca en la que se produce una alteración en la función y en la estructura del corazón derecho (ventrículo derecho) como consecuencia de un aumento de la presión en la circulación pulmonar (hipertensión pulmonar).

Cualquier enfermedad del sistema cardio-respiratorio que provoque una hipertensión pulmonar produciendo una sobrecarga de trabajo sobre el lado derecho del corazón puede causar el cor pulmonale.

¿Cómo se produce?

En condiciones normales el corazón derecho se encarga de recibir un gran volumen de sangre no oxigenada, así tiene unas paredes finas y distensibles que se adaptan a la cantidad recibida. La sangre que llega al corazón derecho se bombea por el ventrículo derecho a la arteria pulmonar y llega a los pulmones para oxigenarse.

Cuando por una enfermedad del pulmón o de la circulación pulmonar (arteria pulmonar) se produce un aumento de presión (hipertensión pulmonar) el corazón derecho tiene dificultades para bombear sangre ya que sus finas paredes no pueden contrarrestar este aumento de resistencia y se produce un fallo en su funcionamiento. Como consecuencia de ello, el ventrículo derecho aumenta de volumen (dilatación) y de grosor (hipertrofia). Se provoca una situación de insuficiencia cardiaca derecha que conduce a una disminución prolongada del aporte de oxígeno a la sangre.

El cor pulmonale puede ser secundario a una gran variedad de enfermedades cardiopulmonares. Puede aparecer tras una enfermedad pulmonar aguda como una embolia pulmonar o, mucho más frecuente, ser consecuencia de una enfermedad pulmonar crónica (cor pulmonale crónico).

La causa más frecuente de cor pulmonale es la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) pero cualquier enfermedad pulmonar puede provocar un cor pulmonale como el asma, la fibrosis quística, la apnea del sueño o la hipertensión pulmonar primaria, entre otras.

Síntomas

Aparecen síntomas propios de la enfermedad pulmonar que lo provoca, por ejemplo, tos crónica, disnea o sensación de falta de aire, etc.

Otros síntomas son debidos al mal funcionamiento del corazón derecho que se manifiesta como una acumulación de líquido en las piernas (edemas) y el abdomen (ascitis), aumento del tamaño del hígado (hepatomegalia) y dilatación de las venas del cuello. Estos síntomas son más evidentes conforme avanza la enfermedad.

Diagnóstico

El diagnóstico del cor pulmonale se basa en la historia clínica del enfermo que permite sospechar una enfermedad subyacente junto con una serie de pruebas que ayudan a confirmar la insuficiencia cardiaca derecha.
  • El registro del electrocardiograma puede ser sugestivo del aumento de las cavidades del corazón derecho y de la hipertensión pulmonar.
  • La gasometría arterial indica el nivel de oxigenación de la sangre.
  • Las pruebas de imagen como el ecocardiograma, el TAC y la Resonancia magnética permiten ver la estructura del corazón y el pulmón y determinar las causas del cor pulmonale así como el grado de afectación cardiopulmonar.
  • La gammagrafía ventilación-perfusión es una prueba que se utiliza sobretodo en la embolia de pulmón para ver las zonas pulmonares afectadas.
  • El cateterismo cardiaco es una prueba que mide la presión en las cavidades del corazón derecho y la arteria pulmonar constatando el diagnóstico.
Tratamiento

El tratamiento va encaminado a tratar la causa de la enfermedad que está provocando el cor pulmonale así como a mejorar la oxigenación y la función del ventrículo derecho. El problema más grave es la hipertensión pulmonar. En muchos casos, la enfermedad que causa la hipertensión está tan avanzada que existen pocos tratamientos efectivos.
  • Se utilizan fármacos para tratar la enfermedad subyacente: por ejemplo anticoagulantes si hay un tromboembolismo o broncodilatadores en una bronquitis crónica.
  • Tratamiento para aliviar los síntomas que provoca el fallo del ventrículo derecho: para la acumulación de líquidos se utilizan diuréticos; fármacos para mejorar la función del ventrículo y para disminuir la presión de la arteria pulmonar y sistémica (vasodilatadores).
  • Dieta pobre en sal.
  • Administración de oxígeno.
  • En casos seleccionados, en último término el trasplante de pulmón o de corazón -pulmón puede ser la única alternativa curativa de tratamiento.
Prevención

La causa más frecuente del cor pulmonale crónico es la EPOC. El tabaquismo es la causa más frecuente de EPOC, por tanto, el no fumar evitará la aparición de enfermedades pulmonares crónicas y el desarrollo de un cor pulmonale.
 

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